La comunicación está en la base de nuestra sociedad, de su organización, en la conformación de sus valores e incluso de sus retos. Sin comunicación no solo no sería posible la sociedad tal y como la conocemos hoy en día, sino que los umbrales de libertad del individuo y de los grupos se verían limitados.
Los medios de comunicación han contribuido a la construcción de las sociedades democráticas tal y como las conocemos. En esa transición, desde los autoritarismos hasta la actualidad, son los medios generalistas los que han acaparado protagonismo y recursos, pero no es menos cierto que los medios de comunicación más localistas han sido igualmente necesarios.
El periodismo local ha contribuido, al igual que los generalistas, al arraigo de nuevos valores sociales que sostienen el Estado de Bienestar. Pero lo ha hecho desde la empatía que aporta la información de cercanía y desde la implicación lógica y necesaria del medio con la pequeña sociedad a la que se dirige.
Los medios de comunicación locales, que tuvieron su gran auge en la década de los 80, han generado en torno a ellos comunidades implicadas y, por su puesto, han sido altavoz de los valores de esas comunidades y de sus proyectos. Una realidad que, además, ha aportado mayor pluralidad a nuestra sociedad.
Se convierten así en elementos cohesionadores de sociedades que necesitan de otro tipo de información con la que se hace más fácil empatizar. Sociedades con las que se retroalimentan a través de una colaboración directa que hace del periodismo local un género genuino.
Pero más allá de esa labor social y de un fin del siglo XX difícil para todos los medios de comunicación, hoy, con la revolución digital, revive ese nicho de mercado aportando nuevas formas de empleo y nuevas oportunidades de desarrollo económico y, por lo tanto, territorial.
Desde lo rural a lo urbano, los medios localistas son parte de ese pilar, el de la comunicación, que se concibe como ineludible en nuestras sociedades modernas. Y, por lo tanto, deben ser reconocidos y apoyados.
En ese sentido, se mantiene abierta la necesidad de implicación de las instituciones locales como responsables de hacer llegar a su ciudadanía los servicios a los que tiene derecho: tanto desde la puesta en valor de los medios de comunicación de su entorno, como desde la colaboración directa.
Aunque no es menos cierto que los propios medios de comunicación locales están abriendo nuevas vías de viabilidad a través de las nuevas tecnologías. Nuevos contenidos y nuevas formas de publicidad son ya una realidad que aporta nuevos aires y recursos a este periodismo.
En este sentido, estas jornadas quieren poner en valor su función social y económica; exponer nuevos proyectos e ideas innovadoras de organización y viabilidad de medios de comunicación locales; y, sobre todo, poner en contacto a sus protagonistas para explorar nuevas vías de colaboración.
Todo ello en el contexto del Pirineo de Navarra, una zona rural que sufre una acusada despoblación y que, sin embargo, cuenta con varios medios de comunicación que aportan gran valor a la realidad territorial. La Radio Irati Irratia y la revista Mendixut, junto a Gobierno de Navarra y el equipo territorial de Gu Pirinioa, desarrollan estas jornadas financiadas con fondos MRR con la ilusión de dar un impulso a sus propios proyectos contribuyendo al desarrollo del Plan del Pirineo y aportando nuevos e ilusionantes aires al periodismo local.
Porque, al fin y al cabo, ¿quién va a contar nuestra realidad más cercana, la que más nos influye en el día a día, si no son los medios locales?
Os invitamos a participar en estas jornadas de periodismo local enmarcadas en un entorno rural. Y es que, ambas realidades comparten la misma necesidad, la de seguir nutriéndose de una sociedad que mira al futuro segura de su propia existencia.