El Plan del Pirineo se aplica a un territorio que abarca 32 municipios con sus correspondientes concejos y una superficie de 1.414,9 km2, el 14,7% del total de la Comunidad Foral. Sin embargo, su población apenas alcanza el 1% de la de Navarra con una densidad de 3,8 habitantes/km2, lo que le aleja considerablemente de la media de Navarra, que se sitúa en 68,1 habitantes/km2.
El Plan se estructura en cuatro ejes fundamentales:
La participación ciudadana es la base fundamental alrededor de la que se estructura todo el plan.
Las iniciativas, propuestas y proyectos surgen desde el mismo territorio, dando voz y protagonismo a quienes están más al día de las necesidades y carencias existentes. El trabajo de base se divide en cuatro áreas diferenciadas.
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El sistema de co-gobernanza establece un estudiado proceso para la tramitación de esas propuestas surgidas del territorio, en el que todas las partes implicadas en los proyectos (entidades locales, asociaciones, instituciones, organismos, …) tienen también participación en la toma de decisiones.
El conjunto de iniciativas que, finalmente, son aprobadas para su ejecución es trasladado al Plan de Acción que se elabora anualmente, y que recoge el fruto del trabajo de todas las personas, entidades y organismos que forman parte del engranaje de este Plan del Pirineo.
Toda esta estructura cuenta con un sistema de información y comunicación propio, que es capaz, por un lado, de hacer llegar tanto a la población local como al público general los avances y acciones que se desarrollan, y por otro, de conectar a los diferentes agentes que forman parte del Plan del Pirineo.
Un Pirineo que, con el impulso inicial del Plan y una vez superado el mismo, tenga autonomía y sea un territorio capaz de desarrollarse por sí mismo, sin dependencia de otros apoyos institucionales.